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El valor económico del reaseguro






Michel M. Dacorogna
Gerente General
Gerente, Departamento de Análisis Financiero y Modelos de Riesgo
Converium
Suiza

El reaseguro es una forma de seguro, de modo que muchos de los principios y prácticas aplicables al negocio del seguro primario son igualmente aplicables al reaseguro. No obstante, el reaseguro tiene características propias. Primero, los aseguradores normalmente celebran contratos con individuos u organizaciones ajenos al sector asegurador, mientras que los contratos de reaseguro se celebran entre aseguradores. Segundo, los aseguradores ofrecen la cobertura directa de eventos que pueden conllevar una pérdida económica, pero los reaseguradores sólo se interesan por tales pérdidas primarias en la medida en que ellos mismos hayan asumido el compromiso de indemnizar a los reasegurados por la liquidación de sus siniestros primarios. Tercero, no todos los contratos de seguro están sujetos al principio de indemnización (por ejemplo, algunos seguros de vida son pólizas de beneficios), mientras que todos los contratos de reaseguro -incluso los que cubren las pólizas de seguro de vida- son contratos de indemnización. Aunque estas diferencias son importantes desde el punto de vista legal, no son fundamentales a la hora de estimar el valor económico de un contrato de seguro.

Los reaseguradores, al igual que la mayoría de los aseguradores, se ocupan de eventos futuros inciertos que generan pérdidas, por lo cual deben apartar capital para cubrir estos hechos inciertos. Tradicionalmente, el reaseguro era visto como una forma de mantener dentro de "límites razonables" la variación del monto total anual de los reclamos presentados contra un determinado asegurador, o como un medio para ampliar la capacidad del asegurador, permitiendo la óptima utilización de su infraestructura. En otras palabras, según esta perspectiva las compañías de seguro compran reaseguro para mejorar su seguridad financiera y, más específicamente, para minimizar el riesgo de suscripción.

Esta noción no es errada, pero sí es incompleta. No reconoce la verdadera magnitud de las ventajas económicas que se desprenden de la compra de reaseguro y que redundan en beneficio del asegurador. De hecho, los aseguradores podrían limitarse a suscribir las sumas que son capaces de soportar con sus propios recursos, evitando así la necesidad de recurrir al reaseguro. No obstante, una óptica más moderna, es considerar al reaseguro como fuente alternativa de capital: comprar reaseguro implica reducir el riesgo retenido (óptica tradicional), y esto, a su vez, conlleva una reducción del capital que los aseguradores necesitan para respaldar el riesgo retenido.

Las crisis que han afectado los mercados financieros en los últimos tiempos y el incremento de la competencia entre aseguradores han contribuido a concientizar al sector acerca de la importancia de una eficiente gestión del capital como prerrequisito fundamental y necesario para optimizar el desempeño de las compañías de seguro. Esto puede parecer obvio y, de hecho, es aplicable a cualquier empresa, pero, en este caso, la palabra fundamental adquiere particular relevancia. El objetivo primordial del capital en una institución financiera (un banco o una aseguradora) consiste en absorber el riesgo financiero más que en suministrar financiamiento para los activos del negocio. Dado que su actividad consiste en asumir riesgos, la asignación de capital no es una cuestión secundaria de su operatoria. Por el contrario, debería ser un elemento clave en la gestión del riesgo. Visto desde esta óptica, el reaseguro se convierte en un instrumento para optimizar la creación de valor por parte de las compañías de seguros.

Para evaluar la eficiencia de un programa de reaseguro, debería tomarse una perspectiva financiera y proceder a comparar la reducción del costo global del capital que se logra a través de la compra de reaseguro con las primas abonadas al reasegurador. Esto naturalmente lleva al siguiente interrogante: ¿por qué puede ser menor la prima de reaseguro que el costo del capital de la cedente? Al fin y al cabo, los reaseguradores también deben crear valor para sus accionistas. La respuesta es que los reaseguradores operan internacionalmente con muchos aseguradores directos, de modo que, por su naturaleza, cuentan con una cartera de riesgos más diversificada. Por esencia, el reasegurador busca equilibrar su cartera (spread) en tres niveles: desarrollará su actividad de suscripción en muchos países (diversificación geográfica) y en todos los ramos del negocio asegurador (diversificación técnica), al tiempo que procurará mantener relaciones firmes con las cedentes en los buenos tiempos y en los malos (diversificación temporal).

Converium, por ejemplo, cuenta con 22 oficinas locales distribuidas en todo el mundo y suscribe riesgos en múltiples ramos, que abarcan desde el tradicional seguro de daños patrimoniales hasta los seguros de aviación y satélites, la agroindustria, la mala praxis médica, y el seguro de crédito y las fianzas. Al asumir riesgos tan diversificados, Converium le permite al cliente efectuar una distribución de siniestros más amplia. Algunos países están particularmente expuestos al riesgo de sufrir catástrofes naturales tales como terremotos, inundaciones y huracanes. Gracias al reaseguro, los aseguradores locales pueden distribuir estos riesgos en todo el mundo. Las reaseguradoras ofrecen a las cedentes niveles de primas atractivos gracias a su propia diversificación de cartera. Además de la diversificación, la percepción del riesgo por parte de las compañías cedentes varía según el caso. No todas las cedentes son sociedades por acciones ampliamente diversificadas que cotizan en el mercado de valores, razón por la cual pueden estar más expuestas a los riesgos extremos.

Dicho en otros términos, se logra una cobertura de reaseguro eficiente cuando el precio de mantener el riesgo en el balance del asegurador (es decir, el costo del capital que el asegurador debe apartar para cubrir el riesgo) es mayor que el costo de cederlo a un reasegurador con una cartera más equilibrada. Gracias a la capacidad de diversificación del reasegurador, es mayor el capital que se libera del lado de la cedente que el que queda comprometido del lado del reasegurador. Por consiguiente, el costo de asumir el riesgo es menor para el reasegurador que para la cedente.

Una cobertura de reaseguro eficiente posibilita a la cedente asumir más riesgos en otras áreas que le ofrezcan una rentabilidad mayor, o devolver el capital sobrante a los accionistas. En ambos casos, la compañía cedente está creando valor de manera eficaz. El capital no comprometido en la cobertura de riesgos puede utilizarse para desarrollar y expandir el negocio o puede ser devuelto a los propietarios a través de un plan de recompra de acciones, por ejemplo. Si se modifica el nivel de reaseguro sin encarar una modificación de la estrategia de negocios o inversiones, se logrará una reducción del nivel de riesgos, pero esto tendrá su costo: a mayor riesgo, mayor rentabilidad, o a menor riesgo, menor rentabilidad. Una modificación en la política de reaseguro acompañada por una modificación en el empleo del capital a riesgo para otros fines, tales como las inversiones, puede generar valor económico: mayor rentabilidad con el mismo nivel de riesgo, o igual rentabilidad con menor riesgo. En esto reside el valor económico del reaseguro: le permite al asegurador asignar mejor su capital y propiciar así una mayor rentabilidad para su empresa.

Desde esta perspectiva, se puede hacer una evaluación cuantitativa de la eficiencia de una cobertura de reaseguro. Converium ha desarrollado métodos para abordar este tipo de evaluaciones y los ha presentado en un folleto titulado "¿Cuánto reaseguro es realmente necesario? Un caso práctico". El método se basa en evaluar el riesgo que cubre un asegurador, con y sin reaseguro. Luego, mediante el uso de medidas de riesgo apropiadas para determinar el monto de capital sujeto a riesgo que se necesita para la operatoria del negocio y el costo del capital de la compañía, es posible evaluar el impacto que tendrá el programa de reaseguro sobre el capital de la empresa.

Los últimos avances en materia de modelos y simulación estadística han alcanzado un nivel tal que permiten tener una visión integrada de la cartera para comprender verdaderamente el trade-off entre el capital a riesgo y el reaseguro. La Figura 1 muestra los resultados de un estudio de este tipo. Se pueden evaluar con toda claridad los costos y beneficios del reaseguro para toda la compañía y para cada ramo.

Estamos convencidos de que en los mercados de capitales se hará cada vez más importante asignar los recursos a su uso más prometedor. Resulta evidente que la comprensión cabal del valor económico del reaseguro es un factor importante para el empleo óptimo del capital en el sector asegurador.

Figura 1

Costo del reaseguro vs. costo marginal del capital. En este ejemplo, el costo del capital es significativamente menor que el costo total del reaseguro para toda la cartera, pero cuando se analiza cada ramo en forma independiente, resulta más eficiente -en función de costos- emplear reaseguro para cubrir el riesgo. Ilustra la importancia de analizar el tema considerando la totalidad de la compañía.