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El seguro de crédito a la exportación
en América Latina
:

cómo acelerar su desarrollo



Eduardo López Flamengo
Asesor
Aseguradores de Cauciones S.A. Compañía de Seguros
Argentina

El seguro de crédito a la exportación (SCE) registra una historia de más de 30 años en América Latina. Las primeras compañías especializadas de la región fueron creadas en Argentina y en México a fines de los años sesenta y principios de los setenta.

En el transcurso de los años setenta y ochenta surgieron otras compañías en los países del área con mayor actividad exportadora, y en los noventa comenzaron a evaluarse y/o desarrollarse proyectos de SCE en casi todos los países restantes. Actualmente, en algunos países coexisten dos y hasta tres compañías que cubren este riesgo.

Si consultamos el exhaustivo informe elaborado por Enrique Araos para la mesa redonda sobre Seguro de Crédito en oportunidad del XVI Seminario Internacional de la APF (Quito, mayo de 2003), observamos que, si bien en algunos países el SCE está siendo utilizado más frecuentemente que en otros, en vistas del tiempo transcurrido y el número de compañías ya operativas o en vías de serlo, esta cobertura no alcanzó un desarrollo significativo en relación con las exportaciones de la región.

Cabe preguntarse por qué este ramo no ha progresado como esperábamos y de qué forma o mediante qué medios podríamos revertir esta situación. En este ejercicio, nos encontramos con planteos que, aunque muy conocidos, parecen no haber sido aún convenientemente evaluados por quienes corresponde, ya sean los gobiernos, las entidades financieras o las mismas empresas de SCE.

Sin ánimo de proponer una visión exhaustiva ni necesariamente válida para todos los países, comenzaremos por exponer tres razones por las que, a nuestro entender, esta cobertura se ha estancado en la región. Seguidamente nos referiremos también a posibles soluciones que deberían aportar las distintas partes que juegan en el sistema del SCE.

Falta de promoción del sector de Pymes y de su actividad exportadora

En aquellos países industrializados donde las Pymes son el motor de la actividad económica (e.g., gran parte de los europeos), el SCE registra una muy importante actividad, precisamente porque la exportación está en un muy alto porcentaje en manos de este tipo de empresas. Esto es así porque por su tamaño, características de comercialización y necesidades financieras, las Pymes suelen ser los clientes más habituales de las compañías de SCE.

En América Latina el sector de las Pymes en general y el de las Pymes exportadoras en particular, tienen una importancia menor. No bien los gobiernos de la región encaren seriamente y/o profundicen programas de promoción y apoyo a las Pymes, especialmente en lo que concierne a la internacionalización de su actividad, se obtendrá un enorme beneficio general para la totalidad de la economía regional, principalmente en términos de ingreso genuino de divisas y disminución de la tasa de desempleo. Paralelamente, crecerá significativamente la actividad de las compañías de SCE.

Si bien esta cuestión es estructural, es obvio que tanto las compañías de SCE como las asociaciones que las representan deben brindar el más amplio apoyo a todas aquellas iniciativas públicas o privadas que traten de impulsar en la región el desarrollo de las Pymes exportadoras.

Falta de aceptación de la cobertura de SCE como garantía válida de la financiación de exportaciones

En Europa el SCE es ampliamente aceptado por el sistema financiero como garantía colateral que le permite al exportador acceder a financiación pre y post embarque. Esto redunda en beneficio principalmente de las Pymes exportadoras, dado que es el sector que más necesita de este tipo de respaldo.

En América Latina lamentablemente esta práctica está lejos de ser generalizada. Sólo algunos bancos de determinados países consideran al SCE como garantía válida. Es más, los Bancos Centrales de algunos países del área, en sus reglamentaciones del mercado financiero, no incluyen al SCE dentro de la nómina de garantías que el Banco comercial debe exigir a su cliente exportador para poder acceder a la financiación de sus operaciones sin tener el Banco que proceder a constituir reservas especiales.

Por lo tanto, para el desarrollo de la cobertura es muy importante lograr que tanto el sector financiero público como el privado se convenzan de la utilidad del SCE para asegurar los préstamos relacionados con operaciones de exportación.

Sería recomendable entonces que las compañías de SCE de cada país se reunieran con las entidades financieras y que ambas partes estuvieran dispuestas a adecuar, dentro de lo posible, sus exigencias y requerimientos, a efectos de lograr una cobertura aceptable tanto para unos como para otros. A modo de ejemplo, cabe mencionar las negociaciones mantenidas por la compañía de SCE de Perú con la Corporación Financiera de Desarrollo (Cofide), las cuales, de acuerdo con las noticias que han circulado últimamente, han llegado a buen puerto.

Falta de conocimiento del alcance y características de la cobertura

A pesar de una historia que, como ya dijimos, en algunos países se remonta a más de treinta años, se puede afirmar sin temor a equivocarse que la cobertura de SCE es, al menos, poco conocida por los operadores de exportación de los países latinoamericanos. Esta falta de conocimiento determina que se la confunda con una garantía financiera y que el exportador se muestre remiso a aceptar algunos de los requerimientos esenciales del SCE, como son los principios de cobertura de la globalidad de la cartera de importadores y participación del exportador en el riesgo.

Entendemos que este desconocimiento está motivado por tres hechos principales:

  • Durante muchos años el riesgo fue operado por una sola compañía de SCE en cada país, ubicada en la capital del país y generalmente sin sucursales regionales. Evidentemente, esta circunstancia implicó una difusión muy acotada.

  • Asimismo, el que dichas compañías fueran únicas determinó una especie de monopolio de hecho. La falta de competencia atentó también contra la difusión de la cobertura.

  • En la mayoría de los países latinoamericanos el mercado de seguros está dominado por los intermediarios, llámense brokers, corredores o productores. En general, estos intermediarios no fueron interesados en la comercialización de esta cobertura por las compañías de SCE, tal vez en razón de que por sus características de únicos operadores del riesgo no los consideraban necesarios. Aparentemente, tampoco los intermediarios demostraron mayor interés en dedicar tiempo y esfuerzo a una cobertura tan específica que recién estaba en sus etapas iniciales de divulgación.

Es de esperar que, dada la situación actual (con más de una compañía de SCE en la mayoría de los países), las compañías se preocupen mucho más por difundir y promocionar su producto en todo el sector exportador, como así también por capacitar a los intermediarios para poder utilizar en toda su magnitud tan importante boca de venta.

Como conclusión podemos afirmar que si tanto las compañías de SCE como las asociaciones que las reúnen y representan se preocupan por solucionar o apoyar a quienes tratan de solucionar estos problemas, no harán otra cosa que ayudarse a sí mismas, dado que la existencia de un mercado más amplio del SCE en América Latina va a conllevar obviamente a un mayor y más rápido desarrollo de la cobertura en la región.