|
El sector
afianzador en EEUU:
Decidido a regresar |
Ken Bazaar
Presidente
Bazaar Global Services
EEUU |
"Fue el mejor de los tiempos; fue el
peor de los tiempos". Así comienza Charles Dickens su perdurable obra del siglo
diecinueve, "Historia de Dos Ciudades". Para el ámbito afianzador
estadounidense, los resultados de los últimos años fueron, definitivamente, "el
peor de los tiempos". Con grandes pérdidas por las garantías para los sectores de
la construcción, naviero y energético, los afianzadores han tomado medidas precisas para
volver a la rentabilidad.
Ya ha quedado más que en claro que en el
actual mundo real de las fianzas, las pérdidas -grandes o pequeñas- son inevitables y
deben ser tenidas en cuenta en un modelo exitoso del negocio para que el sector sea
rentable de manera contínua. En un mundo y una economía inciertos que traen tiempos
inciertos -como el 'Big Dig'1 de Boston- ¿puede el mercado
afianzador estadounidense volver a labrarse un camino de rentabilidad sostenida? La
respuesta, en opinión del autor, es sí, puede.
En este artículo repasaremos comentarios
y opiniones de afianzadores directos, reaseguradores y productores de fianzas líderes de
EEUU sobre lo que hoy ocurre en el sector, cada uno desde el punto de vista de su propio
negocio. También se hablará sobre las mejores medidas de suscripción que el sector
encaró en los últimos dos años para volver a ser rentable. Se dice a menudo que la
fianza es un contrato tripartito entre el afianzador, el afianzado y el
propietario/beneficiario; siguiendo esa línea de razonamiento, el artículo presenta otra
relación tripartita: la que existe entre el afianzador directo, el reafianzador y el
productor de fianzas. Dado que cada una de las partes opina desde su propia perspectiva,
es posible que no estén totalmente de acuerdo con los comentarios de las otras dos.
Los
Afianzadores directos
Según la Surety Association of America (SAA), los reclamos por fianzas de contrato en
2000 y 2001 superaron los US$ 1,6 miles de millones. Los datos preliminares indican que en
2003 ascendieron a US$ 1,3 miles de millones. La suma representa casi US$ 3 miles de
millones de construcción pagados por el sector afianzador desde 2000. Si bien el índice
de siniestralidad para las fianzas de contrato en EEUU en 1990 fue de sólo 30,4%, la
tendencia ha ido creciendo desde 2000 a un ritmo constante: 45,4% en 2000, 49,8% en 2001,
66,6% en 2002 y las proyecciones para 2003 (en proceso de recopilación) son de 60,3%.
La SAA también informa que en 2003 los
diez mayores afianzadores suscribieron 65,5% del total de primas del sector. Mientras que
en 1990 las tres principales compañías suscribieron el 17,7% del total de fianzas
suscriptas, para 2003 el porcentaje creció a 35,2%. Con la reciente fusión de St. Paul
Travelers', es probable que en el futuro cercano una sola compañía suscriba más de un
cuarto de las primas de fianzas de EEUU.
Aunque en 2003 los diez mayores
afianzadores declararon mejores resultados que el promedio del sector, éste, en su
conjunto, perdió dinero. Si se tiene en cuenta la composición de la cartera de clientes
y la estructura de tasa de primas, es probable que esos diez afianzadores tengan más del
80% de las obligaciones pendientes acumuladas por fianzas hoy. La importantísima
participación que en el mercado tienen los principales afianzadores le permite a cada uno
de ellos influir sobre los términos y condiciones del mercado. En algunos casos, todo el
sector introdujo cambios significativos en la manera de aceptar y fijar el precio del
riesgo de las fianzas. Esto es especialmente cierto en el caso de las principales
afianzadoras.
¿Cuáles son las condiciones de
suscripción que muchas de las principales compañías exigen a todos sus clientes? En
general, el sector ha vuelto a hacer hincapié en las prácticas de suscripción sanas:
"una vuelta a los principios básicos". ¿Y qué significa esto?
Para satisfacer a los afianzadores
directos, la información y la presentación financiera deben ser de la mejor calidad, con
todas las notas y anexos del balance y con la declaración de ingresos. Esto también
significa suministrar información financiera y sobre trabajos pendientes trimestralmente,
y el estado financiero anual, con revisiones que tengan un mínimo de salvedades, aunque
se prefieren las auditorías e informes parciales, que pueden ser internos. La
información incompleta sencillamente no es aceptable. Una suscripción
"práctica" también exige balances más sanos, declaraciones de ganancias que
muestren buenos resultados, y un flujo periódico de información financiera y
contractual. Varios afianzadores ya no aceptan estados financieros firmados por un solo
profesional independiente.
En general la mentalidad de suscripción
del sector se ha vuelto mucho más conservadora: para decirlo de una manera sencilla, el
contratista debe tener dinero y buenos antecedentes de cumplimiento y rentabilidad. Las
cuentas que no lleguen a satisfacer estos requisitos no tendrán suerte. Al mismo tiempo,
se indaga más sobre los contratos problemáticos y sus consecuencias inmediatas sobre el
balance, mientras que en el pasado este aspecto bien podía soslayarse. En este momento se
está prestando particular atención a la subfacturación y a la sobrefacturación, si son
sustanciales y si dan lugar a preocupaciones.
Al igual que en el pasado, las cuestiones
contractuales son importantes, y hay más afianzadores que analizan en detalle las
condiciones o características inusuales. Existieron casos en los que si no se modificaba
la licitación o el contrato, o si no se condicionaba la licitación, no se emitía
fianza. Algunos afianzadores que suscriben cuentas en el exterior insisten ahora en que
los períodos límites de construcción por contrato sean inferiores a cinco años y los
períodos de mantenimiento o de garantía inferiores a dos años, especialmente cuando el
período de mantenimiento hace superar el límite total de cinco años. Los afianzadores
también sugieren incluir un texto de Carta de Crédito como opción a la fianza de
mantenimiento, aunque la fianza sea pequeña, por ejemplo, el 10% del contrato.
En los últimos años, la mayoría de los
afianzadores han mejorado las herramientas de análisis de datos para poder entender mejor
sus carteras de riesgo. Si bien la relación mínima tradicional entre el capital de
trabajo y el patrimonio neto para el programa del contratista -5%- sigue siendo la norma,
cada vez se presta más atención a los coeficientes de endeudamiento. Los afianzadores
directos utilizan servicios de crédito financiero cada vez con mayor frecuencia para
poder manejar sus carteras. Al parecer, algunos de los modelos de calificación de
crédito empleados por dichos servicios fueron recientemente adoptados por varios
afianzadores e integrados a sus propios modelos internos. Además, algunos afianzadores
directos también están desarrollando modelos de Máxima Pérdida Probable (PML, por sus
siglas en inglés) para manejar contratos únicos y acumulados y límites de fianzas.
Además, la información financiera pública le ha permitido a los afianzadores analizar
más rápidamente la calificación de crédito de sus cuentas comerciales. A medida que
mejoren los sistemas de gestión del riesgo, los afianzadores confiarán más en el
análisis de cartera, lo cual los ayudará a estar mejor equipados para eliminar de raíz
los peores riesgos.
¿Qué decir del potencial efecto de los
actuales factores económicos y político sobre los afianzadores? La economía puede ser
una espada de doble filo. Si la inflación y las tasas de interés se mantienen bajas,
desaparecerá algo de la presión que padecen los contratistas que están haciendo
malabares con sus finanzas. Si la inflación y las tasas de interés suben demasiado
rápido, los contratistas marginales podrían quedar afuera. En el momento de enviar a
imprenta este artículo, las tasas de interés siguen en sus niveles bajos históricos, lo
cual debería ser bueno para los balances de los contratistas.
Los precios en alza de la energía y de
las commodities influyen sobre el crecimiento de la economía y son definitivamente
desfavorables para la rentabilidad sostenida de los contratistas. Si los precios no bajan,
los costos y ganancias proyectadas de los contratistas podrían verse perjudicadas de
manera importante. La buena noticia es que gracias a los cuatro huracanes que azotaron a
EEUU en agosto y septiembre de 2004, los contratistas encuentran importantes trabajos
nuevos en las zonas afectadas. Confirmando este regalo de la "naturaleza", el 5
de noviembre de 2004 el Departamento de Trabajo de EEUU informó que en octubre la
cantidad de nuevos puestos de trabajo alcanzó la tasa más alta de los últimos siete
meses. El incremento incluye 71.000 nuevos puestos de trabajo en la construcción -el
mayor desde marzo de 2000-, lo cual refleja la actividad de reconstrucción y limpieza que
está teniendo lugar en la región sudeste.
Si el mercado bursátil de EEUU continúa
lento y atado a bandas, como lo estuvo durante la mayor parte de 2004, los
aseguradores/afianzadores no tendrán otra opción más que estar más atentos a la
suscripción y menos al flujo de caja y los ingresos por inversiones. Desde luego, les va
a ayudar si después de las elecciones presidenciales el mercado despega y sube, con más
ingresos por inversiones para reforzar sus balances. Si bien es demasiado temprano para
predecir si la tendencia continuará, con la confirmación de que el Presidente Bush
había ganado un segundo mandato, el miércoles 3 de noviembre de 2004 la bolsa de valores
estadounidense (Promedio Industrial Dow Jones) trepó hasta una ganancia de tres dígitos.
Al cabo de una larga y tensa noche de recuento de votos, su contrincante, el Senador John
Kerry, reconoció haber perdido la elección después de una votación apretada. Muchos
analistas de negocios esperan que el mercado bursátil, que se mostró favorable a Bush,
se recobre en los últimos tres meses de 2004. Una vez más, una recuperación en el
cuarto trimestre tendría que ser beneficiosa para el balance de los aseguradores y
afianzadores.
En lo que respecta a la capacidad del
sector para 2004, tenemos ante nosotros una mezcla. Para los Pequeños Contratistas (hasta
US$ 25.000.000 de ingresos anuales), hay mucho disponible. Para los Medianos Contratistas
(entre US$ 25.000.000 y 250.000.000 de ingresos anuales), la capacidad es más restringida
pero suficiente para manejar la demanda; este es un segmento muy competitivo en este
momento. Por ultimo, cuando se trata de los Grandes Contratistas (más de US$ 250.000.000
de ingresos anuales), no hay mucha capacidad disponible. Para manejar estas cuentas es
necesario hacer acuerdos de co-afianzamiento. Además, es probable que las fianzas de
cumplimiento y de pago para megacontratos sean por determinados montos en dólares o por
un porcentaje del contrato.
Para sintetizar, en 2003, los diez
afianzadores más grandes informaron mejores resultados que el promedio del sector. Sin
embargo, estos resultados pueden ser algo engañosos debido al anuncio realizado por St.
Paul Travelers' en el verano de 2004 de que incrementaba sus reservas para fianzas en US$
625 millones. Esta medida podría afectar los resultados finales de 2003. Lamentablemente,
para 2003, el sector afianzador en conjunto informó resultados no rentables, marcando el
tercer año consecutivo de pérdidas para el sector.
Algunas fuentes del sector creen que, en
general, el ritmo de reclamos parece haber bajado considerablemente en 2004 y señalan que
es semejante al de los años que precedieron al actual ciclo de tres años de pérdidas.
Sin embargo, en St. Paul, hay aún mucha actividad y se cree que se necesitará otro año
antes de que la situación se estabilice.
Finalmente, algo bueno: el sector ha
vuelto a centrarse en las prácticas medulares y en los principios básicos de
suscripción. Al mismo tiempo, con sólo unas pocas excepciones, los afianzadores
incrementaron sus tasas de primas; debieron hacerlo para tener suficiente capacidad de
pago de siniestros en la nueva realidad que enfrentaron. Ambos hechos muestran que el
sector ha recuperado su equilibrio y una vez más se encamina hacia el crecimiento
sostenido y las ganancias.
Los
Reaseguradores
¿Cómo reaccionan los reaseguradores ante las realidades del actual mercado afianzador y
qué medidas están tomando varios de ellos para detener las pérdidas de los últimos
años?
En general, los reaseguradores han
aumentado considerablemente sus precios, reduciendo los períodos de recuperación, al
tiempo que aumentaron las retenciones y prioridades de los contratos a cargo de sus
clientes, los aseguradores directos. Además, al agregar en forma colectiva más
exclusiones a los contratos de reaseguro, esperan descartar potenciales "pérdidas
shock" como la de Enron. Estas medidas ayudaron a eliminar rápidamente la situación
de déficit que existía en muchos programas de reaseguro, acelerando la vuelta de los
reaseguradores a la rentabilidad.
Aunque la capacidad de reafianzamiento no
es sustancialmente inferior que la que se disponía hace tres años, los reaseguradores de
hoy se vinculan con menos afianzadores directos. Esta estrategia les permite manejar la
acumulación de riesgo, pero, como contrapartida, son menos las opciones de que dispone un
afianzador que quiera reemplazar a su reasegurador.
Con posterioridad a Enron, la
determinación del precio del reaseguro se ha vuelto más técnica. Hoy el precio de un
programa de reaseguro está influido más por el análisis de las exposiciones (tamaño de
los programas de trabajo, tipo de contratistas que se suscriben, clase de fianzas, etc.) y
menos por la rentabilidad histórica del contrato. La buena experiencia sola ya no
garantiza menores precios de reaseguro. Los reaseguradores de contratos retienen el
derecho de insistir en determinadas tasas de prima en el caso de aceptaciones especiales o
de solicitudes que exceden la línea, y han introducido coeficientes financieros clave que
pueden condicionar la cobertura a una aceptación especial. Esto era desconocido hace unos
pocos años.
Las exclusiones de los contratos han
aumentado considerablemente en los últimos tres años (la mayoría se incorporó en
2002), y los límites de cobertura y las garantías son ahora la norma. La novedad más
drástica fue el límite para las fianzas comerciales: si el cliente no puede demostrar
que posee excelentes habilidades para la suscripción y experiencia para las fianzas
comerciales más riesgosas, normalmente se las excluye. Además, los contratos de
reparación son una exclusión importante, al igual que las garantías financieras, los
planes de reaseguro con primas retroactivas y las fianzas para indemnización por
accidente de trabajo. Los reaseguradores han estado muy atareados con las aceptaciones
especiales por la reintroducción de estas garantías. Los colaterales siguen siendo una
manera de manejar las situaciones de crédito más difíciles o las garantías de fianzas
más riesgosas. Algunos reaseguradores también presionan a los afianzadores directos para
que inexorablemente rechacen a muchos contratistas y cuentas comerciales que suscriben
desde hace años, al tiempo que reconocen que el "recortar" una cuenta puede
causar problemas. En efecto, los reaseguradores están tratando de ayudar a sus clientes
afianzadores a diseñar estrategias de trabajo o los alientan a desarrollar estrategias
para mejorar las condiciones de sus cuentas.
Al igual que los afianzadores directos,
las exigencias de retorno sobre el capital (ROE) que los reafianzadores soportan son
mayores que en el pasado. Hoy los reaseguradores recargan sus precios para reflejar la
volatilidad inherente a una línea de baja frecuencia y alta severidad como es la fianza.
Algunos intermediarios de reaseguro creen que el modelado de carteras puede ayudar a
preservar el capital del reasegurador demostrando que los reaseguradores pueden obtener un
ROE razonable aplicando este abordaje.
Algunos reaseguradores alientan los
contratos de fianzas proporcionales y los de exceso de pérdida. Son varias las cuestiones
a considerar para determinar el tipo adecuado de reaseguro para los productos de fianzas.
La cobertura proporcional brinda protección hasta que la obligación subyacente se acaba.
El exceso de pérdida da cobertura sólo durante la vigencia del acuerdo de reaseguro.
Algunos reaseguradores prefieren una estructura proporcional porque se asemeja más a una
sociedad, como en años anteriores. Algunos afianzadores directos también lo prefieren
porque les da una cobertura mayor, cuyos siniestros requieren largo tiempo para
liquidarse. Pero el desafío de las coberturas proporcionales radica en el modelado de la
rentabilidad, especialmente si la afianzadora directa no maneja correctamente los costos,
los siniestros y el precio de las exposiciones subyacentes. En el caso de los afianzadores
directos que han tenido coeficientes de siniestros y gastos muy elevados, los contratos
proporcionales representan el desafío de manejar mejor estos componentes a fin de
asegurar la futura rentabilidad de su estrategia de negocios.
La estructura del reaseguro de exceso de pérdida puede ser menos cara para el asegurador
directo, pero sólo cubre un determinado período de tiempo. Con un producto de exceso de
pérdida, los aseguradores directos pueden llegar a encontrarse sin cobertura de reaseguro
para una determinada cuenta, una clase de negocio, etc. En un contrato proporcional el
reasegurador participa desde un principio en los siniestros de fianza en lugar de
participar en el nivel más alto en que tradicionalmente comienza a aplicarse el contrato
de exceso de pérdida. Es probable que algunos reaseguradores tengan restricciones de
capital y se muestren reticentes a brindar cobertura proporcional. Cada uno de estos tipos
de contratos tiene sus ventajas y sus desventajas.
En la actualidad, los siguientes
reafianzadores estadounidenses operan activamente en el mercado de EEUU: American Re,
Transatlantic Re, Swiss Re, Arch Re, Platinum Re, Renaissance Re, Ace Tempest Re, Odyssey
Re, Hannover Re, Endurance Re, Partner Re, General Re, Everest Re, Employers Re, Berkeley,
Chubb Re, Berkshire Hathaway, London Syndicates (e.g., Hiscox) y compañías más
pequeñas como Nationale Borg de los Países Bajos. Algunos de los actuales reafianzadores
de Bermuda que dan cobertura en EEUU ingresaron al mercado después del siniestro de
Enron, cuando algunos de los reafianzadores más firmes con sede en EEUU disminuyeron o
retiraron su respaldo a clientes de larga data. Esta incursión en el mercado afianzador
estadounidense demostró ser beneficiosa para varios de los reaseguradores de Bermuda.
Pero, esas mismas compañías han manifestado claramente que si el precio del
reafianzamiento comienza a bajar de manera significativa, no van a seguir el ciclo del
mercado a la baja.
Hay mucha gente del sector que cree que
los reaseguradores están bajo la amenaza de sus sociedades controlantes de seguros
patrimoniales ("P&C"), que los supervisan muy de cerca -principalmente en el
área actuarial del proceso de renovación de contrato-, lo cual ocasiona duras
negociaciones en el momento de la renovación, incluso cuando el contrato es rentable. Se
estima que los reaseguradores estadounidenses han perdido una fortuna (más de US$ 2 mil
millones) en los últimos años, de modo que es comprensible que sus sociedades
controlantes los observen detenidamente. A pesar de este golpe importante que sufrieron
los reaseguradores para las renovaciones del 2005, las fuentes de información dicen que
algunas de las aseguradoras directas más rentables han suscripto en exceso y que las
condiciones se han relajado levemente respecto de los ciclos de renovación de los
últimos años. Aun así, los reaseguradores continúan restringiendo los límites para
las mega cuentas, y en algunos casos el vacío de capacidad se llena con co-afianzadores y
con mayores retenciones por parte del afianzador directo. Si bien la capacidad para las
cuentas comerciales continúa restringida, algunos de los grandes afianzadores manejan,
según estimaciones del sector, más de US$ 100 millones por cliente.
Se esperan mejoras en las condiciones de
renovación de los contratos sólo para aquellos afianzadores directos que demuestren
haber implementado aumentos en el índice de cuentas y/o cuya calidad de crédito de sus
carteras ha mejorado de una manera mensurable. Es probable que los precios de renovación
de contratos se moderen, pero sólo para los afianzadores directos que han producido
resultados positivos para sus reaseguradores. Los reaseguradores continúan preocupados
por la acumulación de riesgo, y analizan con más cuidado las condiciones del
"Período Ampliado de Descubrimiento" (el período promedio es de 12 meses). Se
ha estrechado el alcance de la cobertura del run-off y también se ha encarecido. Hoy los
reaseguradores monitorean con cuidado sus niveles de acumulación. Mientras que los
reaseguradores de patrimoniales observaron sus acumulaciones de exposición de viento y
terremotos durante años, los reafianzadores realmente no manejaron sus propias clases de
catástrofes hasta bien entrado el problema Enron Mahonia.
Enron hizo despertar al sector
afianzador. Después del siniestro, los reaseguradores con frecuencia exigieron garantías
como una forma de acotar el límite máximo afianzado acumulado que un afianzador directo
puede dar a un contratista o la obligación afianzada acumulada que se puede ofrecer a una
cuenta de fianza comercial. Hoy sigue existiendo una correlación entre estas limitaciones
del reaseguro y la habilidad de la cuenta de un afianzador para obtener los montos
deseados de crédito de fianza.
Los desafíos que para el sector plantea
el mercado de reafianzamiento con posterioridad a Enron han sido bien documentados, y en
los últimos años y con pocas excepciones, las grandes compañías afianzadoras directas
han experimentado aumentos drásticos tanto en el precio de la cobertura de reaseguro como
en el monto del riesgo que retuvieron. Al mismo tiempo, los grandes afianzadores han sido
sometidos a análisis más cuidadosos por parte de los reaseguradores, a quienes Enton les
recordó la importancia de controlar la acumulación del riesgo. Que la afianzadora
directa suscriba a un solo afianzado, ya sea sola o con coafianzamiento, puede representar
una acumulación de reaseguro inaceptable para el reasegurador.
Por último, antes, los reaseguradores
cubrían las pérdidas de las compañías afianzadoras directas pero sentían que no
participaban en igual medida en su potencial ganancia. Es sabido que sin que los
reaseguradores respalden la línea de fianzas, el futuro del producto de los afianzadores
directos estaría en peligro. Los afianzadores directos necesitan seguir mejorando el
análisis, el manejo y la fijación de precio de los riesgos/exposiciones. Deben entender
los riesgos de suscripción que sus cuentas pueden llegar a enfrentar y que van más allá
del riesgo de la fianza, tal como coberturas más limitadas de daños patrimoniales en el
futuro. Es importante que tanto los afianzadores directos como los reaseguradores examinen
en forma continua sus propias estructuras de costo e introduzcan modificaciones para
asegurar la rentabilidad futura de la fianza. De más está decirlo, ambos necesitan
trabajar mejor y juntos para asegurar la supervivencia y prosperidad del producto de
fianza.
Los
Productores de Fianzas
¿Qué comentan los productores, agentes y corredores estadounidenses sobre la colocación
de fianzas hoy?
Para algunos, la producción de fianzas
por parte de agentes y corredores (productores de fianzas) es el encuentro entre un
afianzador y el cliente/contratista. El productor conoce las necesidades y requerimientos
del afianzador y del contratista, y se esfuerza por lograr el mejor entendimiento. Algunas
compañías afianzadoras directas están dispuestas a ser flexibles cuando existe una
relación fuerte con el productor que quieren alentar, pero esa flexibilidad no llega
demasiado lejos en el actual mercado afianzador.
Como ya se mencionara, las compañías
afianzadoras directas se ven limitadas, primero, por su propia disciplina de suscripción,
el control del reasegurador y -para las aseguradoras multi-riesgo- por la atención
cuidadosa que los directivos prestan a expectativas y los resultados. Muchos suscriptores
de fianzas parecen preocupados por que a su "casa matriz le agrade el riesgo";
de igual modo, a muchos suscriptores de casa matriz les preocupa la participación de sus
reaseguradores en "la calidad general de la cartera". En el mercado afianzador
de hoy, un siniestro equivale a un fracaso lamentable del proceso de suscripción, cuando
en realidad un siniestro por un contrato de fianza puede tener varias causas, no todas
predecibles mediante el análisis financiero tradicional.
No es de sorprender que las afianzadoras
directas esperen que los productores profesionales presenten una nueva oportunidad de
negocio con la información básica bastante completa y con explicaciones sobre los
componentes del acuerdo. Las afianzadoras directas, inundadas de propuestas y
presentaciones, no están dispuestas y no tienen el tiempo para revisar pilas de papel sin
analizar. Sencillamente las ponen debajo de toda la pila. Esto significa que si un
productor hace su trabajo bien y no quiere que su presentación languidezca y muera, ya
habrá tenido una conversación abierta con su contratista y/o el cliente comercial sobre
el rango de posibilidades de fianzas y las soluciones.
El productor necesita acercarse a las compañías afianzadoras directas sabiamente,
presentando el caso de su cliente/contratista por adelantado, especialmente si el caso
parece problemático. Lo que el productor busca en el mercado de fianzas son las
condiciones menos restrictivas para la tranquilidad y las necesidades particulares de su
cliente.
Dentro del mercado de fianzas de gran
capacidad, los afianzadores tienen aún la actitud de "tómalo o déjalo", y
siguen quedando insatisfechas las necesidades de gran capacidad de los clientes.
Sencillamente no hay suficiente capacidad en el mercado de fianzas de hoy, más allá de
la cantidad de las afianzadoras directas que comparten cuentas o que coafianzan la
obligación de una sola fianza de gran monto. El apetito de riesgo de cada afianzador,
como ya se dijera, está limitado por sus propios parámetros de exposición neta deseada
y por sus límites de reaseguro. No es esperar que este panorama cambie en el futuro
cercano, pero sí que continúen las actuales limitaciones de gran capacidad.
En el caso de los medianos contratistas,
si bien existe competencia, según lo ya comentado, es aún posible acordar términos y
condiciones "favorables" para todas las clases de negocios excepto las más
limitadas. El mediano contratista aún necesita del productor para iniciar la suscripción
y para lograr un acuerdo factible. Incluso en ese caso, ningún afianzador le dará
capacidad automáticamente a una cuenta a la que otro afianzador se la negó.
En el mundo de los pequeños
contratistas, la competencia entre los afianzadores se extiende, además, a la
suscripción asistida por medios automáticos. Muchos productores se han inclinado por un
sistema automatizado fácil de usar debido al costo prohibitivo que significa manejar
solicitudes de fianzas pequeñas y por una sola vez por los canales tradicionales. Sin
embargo, algunos productores creen que ningún afianzador directo ha desarrollado aún su
sistema automático de manera enteramente satisfactoria, y prefieren a los que cuentan con
sistemas automáticos "menos insatisfactorios".
A menudo surgen impedimentos por tratar
de diseñar un sistema totalmente integrado, el "Santo Grial" de los sistemas
automáticos, en el cual al ingresar los datos la información se rutea eficientemente en
los sistemas de los departamentos contables del productor y de la afianzadora directa. Uno
de los problemas parece ser el diseño enredado, en el cual el sistema es usado por los
usuarios internos tanto del afianzador como del corredor externo. En este caso, el sistema
trata de satisfacer las necesidades de dos amos diferentes, el afianzador directo y el
productor, y termina por no complacer a ninguno.
En cuanto a la fijación de precios para
la fianza, se puede decir que, en general, las tasas subieron bastante si se las compara
con las de hace unos pocos años. Se espera que sigan subiendo, aunque probablemente de
manera más moderada. Según se comentara, este incremento continuo se debe a la presión
ejercida por los precios del reaseguro y la imposición de altos niveles de retenciones
netas sobre los afianzadores directos. Es también consecuencia de una observación más
cuidadosa por parte de los directivos de las compañías de daños patrimoniales, quienes
quieren fijar o incrementar el mínimo del retorno sobre el capital (ROC).
Finalmente, el actual Procurador General
del Estado de Nueva York, Elliot Spitzer (los seguros y fianzas en EEUU están regulados
por cada estado individualmente y no por el gobierno federal) presentó cargos contra el
mayor productor de seguros de EEUU por manipular licitaciones. También se está
investigando a otros grandes productores estadounidenses, si bien, al momento de enviar
este artículo a imprenta, no se habían presentado formalmente cargos similares.
Es imposible predecir el efecto que este
serio incidente tendrá sobre el sector de los seguros y fianzas. Tradicionalmente, al
atender las necesidades de los grandes clientes, los productores ganaban comisiones
directamente de los aseguradores/afianzadores o cobraban honorarios a sus clientes. Para
los pequeños clientes, la remuneración tradicionalmente fueron las comisiones pagadas
por los afianzadores. Como mínimo, es de esperar que todos los acuerdos de remuneración
en concepto de incentivo adicional -similares o no a los que la Procuraduría General del
Estado de Nueva York se encuentra investigando- sean revisados y dados a conocer por las
partes en cuestión. Podría incluso suceder que el mercado vuelva a analizar la práctica
fundamental de que los afianzadores paguen comisiones a los productores. Si ya no se pagan
más comisiones, habrá que cobrar honorarios a todos los clientes, incluso a los que no
están habituados a pagarlos.
Conclusión
¿Adónde nos lleva todo esto? El autor confía con cautela en que, debido a los mejores
procesos de suscripción y a los ajustes de precios introducidos por todas las partes de
una fianza, tanto en el pasado como en la actualidad, los productos de fianzas no sólo
sobrevivirán sino que volverán a prosperar. El autor cree que los índices de
siniestralidad para el sector afianzador mejorarán para 2005/2006. Además, es probable
que el año de accidentes 2005 sea rentable sobre la base de las mejores prácticas
contables generalmente aceptadas, con una esperada estabilización de las quiebras y una
moderación de la actividad de reclamos por fianzas. Sin embargo, aún no es posible
determinar cuál será el retorno sobre el capital invertido (ROC) para 2005.
Fuentes
Historia de Dos Ciudades - novela de Charles Dickens
Surety Association of America (SAA)
Surety Information Office (SIO)
Aon Risk Services - Construction Services Group
Aon Re's Surety Practice Group
Afianzadores Directos de EEUU
Reafianzadores de EEUU
Productores de Fianzas de EEUU
(1)
'Big Dig' es el proyecto de construcción de una arteria central y túnel en la ciudad de
Boston cuyo objeto es agilizar la circulación del tránsito en una de las más antiguas y
congestionadas ciudades de EEUU. Es el proyecto más grande, más complejo y
tecnológicamente más desafiante que se haya intentado en la historia estadounidense.
|