El seguro en general No hay duda de que, pese a su inventiva, el hombre no sólo no ha podido eliminar en su totalidad los riesgos a los cuales él o sus propiedades están expuestos, sino que sus tecnologías y avances provocan a su vez nuevos riesgos. Si bien la eliminación de riesgos es prácticamente imposible, el hombre sí ha diseñado herramientas para prevenirlos, amortiguarlos, o para resarcirse de los daños y pérdidas que la realización del riesgo trae consigo. Una de las medidas más antiguas pero aún más eficaces, comunes y utilizadas son los seguros. El seguro, por definición, es el contrato en virtud del cual una de las partes se obliga a pagar o resarcir un daño o una pérdida a su contraparte, al realizarse la eventualidad prevista en el contrato, a cambio de una cantidad que, unida a la aportación por otros afectos a sufrir un riesgo semejante, contribuirá a un fondo para hacer frente a dicha eventualidad. De esta definición se pueden determinar los principios básicos para que pueda ejercitarse la operación de seguro:
Como es bien sabido, en la mayoría de los países latinoamericanos, todavía no existe una cultura adecuada sobre los seguros, ya que normalmente son vistos como un mal necesario y un costo que puede ser evitado. Sin embargo, la realidad nos ha enseñado que en los más de los casos son vitales para la continuidad de nuestro patrimonio. ¿Por qué un seguro de crédito? La creciente competencia existente en el comercio, tanto a nivel nacional como internacional, ha llevado a todos aquéllos que de manera directa o indirecta intervienen en el mismo a desarrollar fórmulas dinámicas para poder lograr penetración en los mercados a los que concurren. Prueba de ello es el otorgamiento de crédito, el cual es hoy en día uno de los instrumentos preponderantes en las operaciones de compraventa. En tal virtud y dada la necesidad que tienen los vendedores de otorgar crédito, es menester que todo aquél que lo conceda tenga el máximo de certeza de que podrá recuperar en un tiempo razonable y acorde con sus políticas, la totalidad de sus cuentas por cobrar, que sin duda vienen a resultar uno de sus principales activos. Todo aquél que venda debe tener en cuenta que, cuando realiza operaciones a crédito, corre el riesgo de no recibir el pago de las mismas por una gran variedad de causas, que genéricamente podrían resumirse en:
Causas
ajenas a la voluntad de las partes
Causas
imputables al vendedor Causas
imputables al comprador
Basado en lo mencionado anteriormente, tenemos los tres principios básicos para que se pueda dar la existencia de un seguro de crédito:
El seguro de crédito existe en muchos países desde finales del siglo XIX, y tuvo un extraordinario desarrollo en el período posterior a la segunda guerra mundial, debido principalmente a los cambios producidos en el comercio internacional como consecuencia de nuevas y más audaces modalidades de financiamiento que se incorporaron a la política de promoción de ciertas exportaciones, especialmente las de bienes de capital. En virtud de lo poco conocido de este mecanismo en Latinoamérica, haré algunas consideraciones generales sobre este seguro para posteriormente explicar sus principales características y ventajas. La situación actual del comercio internacional, el cual se caracteriza por la formación de zonas de libre comercio y mercados comunes, coloca a los empresarios frente a una nueva dimensión de sus problemas de producción y distribución y cuya única solución, en muchos casos, es una mayor apertura hacia el exterior. Por otro lado, los notables adelantos tecnológicos que estamos viviendo y el impresionante crecimiento de las economías de escala, han traído como consecuencia aumentos en la producción que requieren necesariamente extender actividades más allá de las fronteras. La combinación de estos factores produce un mercado en el que los compradores están en mejor posición de fijar condiciones. Además, la agudización de la competencia entre proveedores provoca el surgimiento de nuevas y más audaces modalidades de comercialización, las cuales requieren de la concesión de créditos cada vez más amplios para los compradores. Parece que hoy más que nunca es cierto el dicho de que no hay comercio sin crédito, sin embargo también es cierto que no hay crédito sin riesgo, por lo que se hace necesaria la existencia de un sistema que pueda brindar protección a los industriales y comerciantes por la pérdidas a que está expuestos por la eventual falta de recuperación de los créditos que hayan concedido. Las principales características de un seguro de crédito se pueden encontrar en una definición funcional del mismo. A tal efecto, puede decirse que dicho seguro tiene por objeto garantizar a un vendedor, que está dispuesto a asegurar todas o la mayor parte de sus ventas a crédito, una indemnización correspondiente a un determinado porcentaje de las pérdidas que sufra en relación con los créditos otorgados a compradores, siempre que la imposibilidad para cobrar el crédito, se produzca como consecuencia de algunos de los riesgos aceptados previamente por el asegurador. Riesgos
de falta de pago
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